Disfrutar de cada etapa del camino

Soy un desastre, lo reconozco. De esos desastres de personas a los que por semana les cuesta un triunfo levantarse de la cama cuando suena el despertador y los fines de semana, pudiendo dormir hasta cansarse, se convierte en alondra. Que las alondras son muy bonitas, sí, pero una necesita una cura de sueño de vez en cuando…

Hace mucho que no escribo, qué sé yo por qué. La verdad es que cosas que contar no me faltan, pero pienso yo que igual a ustedes les da igual todo eso que a mi me va pasando y me disperso…

Podría empezar hablándoles de mi proceso de coaching, por ejemplo. Ya les decía que mi coach es un tío bastante guay, aunque se tiró mucho tiempo sin recomendarme un libro de esos para re-ordenarme. Llegué a pensar que creía que me basta con las sesiones juntos, hasta que después de un par de sesiones más apareció con una lista entera. ¡Una lista! ¿Tan patas arriba me veía?

El coaching es un poco raruno. No raruno en plan de que nos pintemos la cara de verde y salgamos a la calle a enfrentarnos al miedo escénico (que molaría bastante, la verdad), raruno en el sentido de que se sigue el método espejo, y le hablas y hablas a una persona hasta caer en la cuenta de que en realidad te estás hablando a ti mismo. Y no mola nada contarte ciertas verdades.

Siendo sincera, y dejando de lado cierto cinismo, tengo que decir que me ha ayudado bastante. Yo era incapaz de responder a la pregunta: «¿dónde te ves dentro de 5 años?», mi respuesta siempre era «¡y yo que sé! si ni siquiera sé que voy a cenar esta noche» (o algo por el estilo, que tampoco es plan de contestar siempre lo mismo). Pero vaya que si te ves. Porque en realidad no es verte, no se trata de ver a una proyección de ti dentro de cinco años. Se trata de imaginar donde vas a estar TÚ, sí, tú, con tu nombre y apellidos, en five years time. Y lo sabes, en realidad lo sabes porque al final, de lo que se trata es de decir dónde QUIERES estar.

Siempre hay luz al final del túnel.

Siempre hay luz al final del túnel.

Yo ya he encontrado mi camino y estoy disfrutando del paseo. Aún no es bonito y colorido (nadie dijo que fuera fácil) sino más bien claroscuro y espinoso, pero sé que todo llega. Y, aunque siempre me puede la impaciencia, esta vez me he propuesto disfrutar de cada etapa como si fuera única, porque en realidad lo es.

¿Y ustedes? ¿Ya persiguen sus sueños? Vamos, compartan, ¡me encantará oírlos! (Y si aún están en la fase pesadilla, compartan también, que si necesitan un empujoncito estoy más que dispuesta a dárselo)

 

2 comentarios en “Disfrutar de cada etapa del camino

  1. Quizás y aunque suene poco ambicioso dentro de cinco años poco más o menos me veo donde hoy.
    Profesionalmente y un poco por profecía autocumplida he llegado a donde quería y el coste de oportunidad que supondría escalar dos o tres peldaños más es demasiado alto.

    Puede que un coach ( aunque desconfío más por prejuicios de su utilidad real) me viniese bién para intentar descubrir algo creativo que luzca con excelencia.
    Siempre he querido crear, trascender, conmover al igual que otros creadores a mi me conmueven pero jamás encontré una veta con posibles, en ello estoy.

    Disculpa el ladrillo de comentario pero me sentí arrastrado por tu pregunta.

    Un Saludo y continúa con tu bitácora es deliciosa.

    • Miki, no es poco ambicioso para nada. El problema es que la ambición suele estar supeditada al ámbito profesional y es una pena porque hay mucho más que ambicionar. Por ejemplo: seguir siendo igual de feliz que eres ahora, con tu amor, tus hijos preciosos y un trabajo que te permita sentirte realizado día a día pero sin renunciar a nada de lo que de verdad te importa. Siendo sincera, ojalá hubiera gente con más de tu ambición y menos de la otra. Otro gallo nos cantaría.

      Eso sí, si crees que el proceso de coaching puede ayudarte a desarrollar más ese lado creativo, te pido fervientemente que te metas en ello de cabeza: esa manera tuya de emocionar al escribir no se puede quedar en el tintero.

      Un abrazo, un perdón por el tonillo paternalista que me ha quedado y sobre todo ¡un enorme gracias por comentar!

Deja un comentario